Diccionario biblico
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AARÓN
= «maestro» o «excelso».
Hermano mayor de Moisés, primer sumo sacerdote de la antigua ley y figura de primera importancia en los contecimientos del Éxodo. Era hijo de Amram y Jocabed del linaje levítico de Coat (Éx. 6:20). Nació en Egipto tres años antes que su hermano (Éx. 7:7). Tomó por esposa a Elisabet, con la que tuvo cuatro hijos: Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar (Éx. 6:23).
Asociado por Dios a Moisés como intérprete o portavoz de éste a causa de su elocuencia (Éx. 4:13-16), desempeñó esta misión tanto ante el pueblo (Éx. 4:27-31) como en presencia de Faraón (Éx. 5:1-5), haciendo, con su hermano, un oficio análogo al de profeta (Éx. 7:1-2). Bajo su dirección ejecutó prodigios superiores a los magos egipcios (Éx. 7:8-12).
Intervino en la producción de las plagas con que Dios quebrantó la resistencia de Faraón para que dejara libre a su pueblo, lo cual hizo exclamar a los sabios egipcios: «El dedo de Dios está aquí» (Éx. 7:1-2). Acompañó a Moisés, aunque no se le menciona expresamente más que en sus misiones ante el soberano (Éx. 8:21; 9:27; 10:3, 8, 16; 11:10; 12:1; Sal. 77:20).
Un mes después de la salida de Egipto, en el desierto de Sin, hubo de escuchar, junto con su hermano, las murmuraciones del pueblo, al que apaciguaron con la promesa del maná y de las codornices, viendo Aarón reforzada su autoridad, mientras hablaba a la turba, con la aparición de la gloria de Jehová en forma de nube (Éx. 16:1-10). Por orden de Moisés conservó una urna llena del maná, que colocó juntamente con las tablas de la Ley en el arca (Éx. 16:33-34). Defensor de su hermano también con la oración, nos lo encontramos sosteniendo los brazos de Moisés en alto hasta la puesta del sol, durante la batalla librada por Josué contra los amalecitas en Refidim (Éx. 17:8-13). En el banquete que el suegro de Moisés, Jetro, ofrece a los ancianos para estrechar los lazos familiares con Israel aparece también Aarón (Éx. 18:1-12).
Tuvo el raro privilegio de subir con Moisés al monte Sinaí, acompañado de sus hijos Nadab y Abiú y de los setenta ancianos de Israel, y de ver a Dios sin perder la vida, recibiendo el encargo, juntamente con Hur, de resolver las dificultades que se pudiesen presentar durante la ausencia del dirigente de Israel, que había de prolongarse durante cuarenta días y cuarenta noches (Éx. 24:9-18).
Aarón cedió ante las presiones del pueblo, temeroso de que Moisés no regresara, e hizo fabricar un becerro de oro que marchase al frente de la caravana. Con la esperanza de disuadirlos, les pidió los pendientes de oro que llevaban en las orejas, pero habiéndose desprendido todos de las joyas, Aarón las hizo fundir, en un simulacro muy semejante a los que habían conocido en Egipto, y el pueblo gritaba ante él: «He aquí tu Dios que te sacó de Egipto», mientras, se prepararon los enseres necesarios para un holocausto y sacrificio a la mañana siguiente (Éx. 32:1-6). Los cantos y las danzas fueron interrumpidos por la llegada imprevista de Moisés, que, montando en cólera, redujo el ídolo a cenizas y las arrojó al agua, que bebieron los culpables.
Moisés reprochó la conducta de su hermano Aarón por haber llevado al pueblo a semejante ocasión de pecado, y hubiese perecido él mismo víctima de la venganza de los sacerdotes, que pasaron a cuchillo a unos tres mil hombres, de no haber intervenido el mismo Moisés en su favor. Las palabras que dio como excusa de semejante proceder indican que obró por coacción del pueblo, enceguecido en su rebeldía (Éx. 32:17-29).
El relato de la promoción de Aarón y de sus hijos al sacerdocio da una idea de la importancia que el culto a Jehová tenía en la ley de Moisés. Se describen sus vestiduras con todo detalle (Éx. 39:1-31), y el ceremonial de su toma de posesión, que culminó con la bendición de Aarón al pueblo y la manifestación de la gloria de Jehová (Lv. 8-9). Una falta de confianza en la Palabra de Dios en Cades atrajo sobre Aarón y Moisés el castigo de no entrar en la tierra prometida (Nm. 20:1-13). Murió a la edad de 123 años en el monte Hor, y el pueblo le lloró durante treinta días (Nm. 20:22-29; Dt. 10:6; 32:50-51).
La casa sacerdotal se designa con el nombre de «Casa de Aarón» (Sal. 115:10-12). Su carácter careció de la firmeza y las dotes de dirigente de su hermano Moisés, habiendo pecado juntamente con el pueblo, aunque supo humillarse y reconocer su falta.
Dios usa a quienes, habiendo pecado, se arrepienten y reconocen sus errores. Su vara se guardó en el arca (He. 9:4). Su sacerdocio es una sombra del Sacerdocio de Cristo, que no termina, es eterno y perfecto (He. 5:1-10; 7:11-19). (Véase ÉXODO, SUMO SACERDOTE.)
AARONITAS
Los descendientes de Aarón reciben este nombre y con él son designados en diversas partes de la Biblia (1 Cr. 12:27; 27:17). A los descendientes de Aarón fueron asignadas trece ciudades en Judá y Benjamín (Jos. 21:13-19; 1 Cr. 6:57-60).
Primera consonante del alfabeto hebreo, que según la Másora se repite 27.055 veces en el Pentateuco y 42.377 en toda la Biblia. Fue expresada por una variedad de signos, pasando de los cananeos a los fenicios y transmitiéndola éstos posteriormente a los griegos hasta formar la A griega o latina que ha quedado en nuestro alfabeto.
A (alfa) y O (omega). Primera y última letras del abecedario griego, describen a Dios como principio y fin del mundo y de la historia (Ap. 1:8; 21:6; cfr. Is. 41:4; 44:6; 48:12). En Ap. 22:13 Cristo glorificado es llamado así (cfr. Ap. 1:8, 17). En las ediciones hebreas, griegas y de carácter científico de la Biblia la A designa el códice Alejandrino, manuscrito del siglo v que contiene toda la Biblia, y se encuentra en el Museo Británico. La A hebrea (alef) designa en las ediciones científicas el códice llamado Sinaítico.
AB
Quinto mes (julio-agosto) que los judíos adoptaron en la época posterior al exilio. No se cita en la Biblia, sino en los textos de la Misnah y del Talmud.
Era un mes triste para el calendario judío, por el recuerdo del destierro a Babilonia. En este mes se cortaban los juncos. (Véase CALENDARIO.)
Como partícula hebrea que se deriva de la palabra «Abba», es usada como prefijo en muchos nombres propios tales como Abner = «Padre de la luz», Absalón = «Padre de la paz».
ABADÓN
Significa en hebreo «destrucción».
Se usa en Jb. 26:6 y Pr. 15:11 como equivalente de sheol o muerte. En Ap. 9:11 aparece como el ángel del abismo, que en su traducción griega es Apolión, «destructor».
ABAGTA
Hebreo, «dispensador de fortuna».
Nombre propio de un funcionario de la corte del rey Asuero (Est. 1:10). El nombre es de origen persa. El historiador griego Esquilo menciona un cierto Abagta entre los siervos de Jerjes I que perecieron con él en la batalla de Salamina.
ABBA
Palabra aramea que Jesús emplea frecuentemente para dirigirse al Padre (Mr. 14:36). También los cristianos de la primera generación la usaban (Ro. 8:15; Gá. 4:6) para expresar una relación muy íntima entre Dios y sus hijos. El Señor Jesús usó probablemente esta palabra muchas veces, aun en algunas en que los pasajes bíblicos han transmitido la versión griega: «Padre», «Padre mío», y también «mi Padre». Es una expresión de plena confianza y adhesión con la voluntad del Padre, que Jesús quiere comunicar a sus discípulos. La palabra no aparece en la literatura profana ni rabínica del tiempo, y es característica del vocabulario de Cristo. En los evangelios se la usa siempre acompañada de su respectiva traducción con la palabra «Padre». Es sólo por medio de Cristo que recibimos el espíritu de adopción y aprendemos a llamar a Dios «Padre nuestro» (Jue. 11:2: Jn. 17:11; 20:17). La palabra se usaba solamente en el lenguaje familiar antes de Jesús. En el Antiguo Testamento figura en varios nombres hebreos como radical, por ejemplo: Abimelec, Abner, Ardénago, Eliab.
ABDÍAS (Libro)
El cuarto de los profetas menores. Anunció la destrucción de Edom, nación que fue hostil a Israel desde épocas inmemoriales. El libro no menciona fechas, pero probablemente fue escrito en la última parte del siglo VIII a.C., durante el reinado de Acaz de Judá, cuando Edom y los filisteos se unieron en batalla contra Judá.
La conclusión escatológica se compone de dos partes (poesía en los vv. 15 a-16 s; prosa en los vv. 18-21). Llama la atención la identidad que se advierte entre varios versículos de Jer. 49:7-22 (también profecía contra Edom) y Abd. 10 (cfr. especialmente Abd. 5 comparado con Jer. 49:14-16:9; y Abd. 5 con Jl. 2:32).
El libro, que consta de un solo capítulo, está dirigido contra Edom, ciudad enemiga de Jerusalén, por haberse aliado con otros para conspirar contra la ciudad de Dios. Anuncia la venida del día de Jehová, quien triunfará de todos sus enemigos y establecerá su Reino sobre la tierra.
En el libro hay una nota de esperanza, que lo coloca en el rango de lo escatológico. Israel será restaurado entre las naciones.
ABEL-SITIM
= «valle de las acacias» en la llanura de Moab, cerca del monte Peor, al este del río Jordán. Fue lugar de uno de los campamentos de los israelitas en la peregrinación por el desierto antes de la muerte de Moisés (Nm. 33:49). Al sitio se le llama también Sitim =«acacia» (Jos. 2:1), y allí el pueblo fue seducido a la impureza de la idolatría de Baal-peor por las mujeres de Moab y de Madián y perecieron en gran número (Nm. 25).
ABIB
Hebreo, «abib» = «espigas maduras».
Antiguo nombre de un mes israelita correspondiente a marzo-abril en nuestro calendario y en el cual tuvo lugar el paso del mar Rojo. Este nombre es más antiguo que el de Nisán que se le daba en los tiempos del Nuevo Testamento (Éx. 13:4; 23:15; 34:18; Dt. 16:1). Nisán se le llama después del retomo de la cautividad. Era el primer mes del año israelita y en él comenzaba la siega y se celebraba la Pascua (Éx. 12:15-23; Dt. 16:1).
